Hace unos días mi madre me comentaba que se sentía con malestar, y pues después de un rato me puse a pensar en cosas que todos llegamos a pensar en algún momento: ¿Y si me llegara a faltar que pasaría? y es que realmente algunos somos capaces de volvernos mas dependientes de lo que llegamos a pensar.
Tratando de evitar tanta polémica, para mi aquellos que son afortunados, han tenido padres que se encargaron de todos los detalles básicos de la crianza de sus hijos abarcando lo sentimental, lo intelectual y lo material - fisiológico, desde su niñez. A veces, padres que no dormían pensando en cada pequeñísimo detalle de la formación de sus hijos.
No creo que sean casos muy inusuales que digamos, bendito Dios que en mi caso, si bien me han faltado cosas primordiales lo demás "básico" siempre ha estado ahí.
Llegue a al punto de reflexionar en que muchas veces después de disfrutar una vida regular-buena, aquellos hijos terminan abandonando a alguno de sus padres, si no es que a los dos, en un asilo.
Quienes hayan visitado alguno conocen esa depresión compasiva y resignación a la muerte que se logra percibir. Por supuesto, existen lugares que están muy lejos de esta idea y que muy al contrario, alentan a sus huéspedes a seguir activos, a vivir dignamente la etapa que consuma la sabiduría de toda una vida de experiencias e inclusive a prepararse para lo que viene después.
Bueno, es que, para mi nada de esto tiene significado si aquellos que te pusieron ahí se olvidan de ti y te hacen a un lado de sus vidas. Y es que muchos se justificaran bajo la sentencia "Es que mi padre/madre/tata/nana merece algo mejor, alguien que sepa atenderlo".
¿Por que es que en muchas culturas, como la nuestra, que se dicen de primer ó segundo mundo consideran socialmente "pasable/aceptable hasta cierto punto" esta cuestión?, cierto es que nadie tiene derecho de reclamar a nadie por sus acciones y menos tan personales, Pero, en el caso particular de lo que yo llamo los hijos afortunados ¿Como es posible que se de este tipo de abandono?
Nuestros padres tal vez no sabían ni por donde empezar cuando decidieron aceptarnos (Yo todavía recuerdo que me daban para entretenerme pintando los manuales que se repartían gratuitamente hace mucho tiempo en el IMSS y otras dependencias del gobierno).
Y sin embargo no aventaron la toalla cuando nos dio la varicela, cuando menos les alcanzaba el dinero nos complacían con el capricho de aquella paleta (Lo sé, lo sé demasiado amarillista, ¡es un ejemplo pues!) cuando balbuceábamos tonterías por la fiebre no nos gritaban, mas bien se preocupaban por atendernos con prontitud.
¿¡Cuantas de nuestras madres no nos limpiaron cientos de veces!? e inclusive algunas con ese amor tan grande se acabaron los pulmones lavando pañales de tela en el fregadero para que no nos lastimáramos con los sintéticos ó contribuir con la preservación de la ecología. (Recuerden que entonces esas ideas eran aun más fuertes que como las presentan ahora)
En fin, lograron convertirnos en lo que somos ahora y seguramente debamos agradecerles por lo que llegaremos a ser.
Aun así, muchos le huyen a la batalla, al primer intento sobretodo aquellos cuyos padres sufren algún padecimiento que requiera alguna atención especial... y ni tan especial ellos hicieron eso y mas, incansables veces.
Por ello el nombre de este post, Si nosotros desatendemos a nuestros padres por los inconvenientes que representa cuando "regresan a su infancia/su estado de necesidad", nos estamos adjudicando un derecho con el que entonces ellos también hubieron contado en su momento y sin embargo no lo ejercieron. ¿Acaso no es como si nos estuviéramos auto-abandonando?
Baso mis cuestionamientos alrededor de esta idea, no se como lo vean ustedes, supongo que me hacen falta puntos de vista.
Ojo: Yo no digo que estoy "bien" o exento por pensar así, de hecho recuerdo la vez que llegue a gritarle a mi Papá con mucho coraje: "¡Solo espero que te pongas viejo para refundirte en un asilo y no verte nunca mas!" y ahora que lo veo mas desgastado y que esta enfermo me arrepiento tanto.